Cada día desde que nos despertamos tomamos decisiones, desde que nos vamos a poner hasta que vamos a hacer ese día. Tendemos a seleccionar aquello que nos parece mejor, que nos conviene, aquello que creemos que es correcto.
Por otra parte, gran parte de nuestra conducta es basada en lo que sentimos es aceptado por los demás, muchas veces lo normal y común es lo que denominamos correcto, cuando muchas veces no lo es.
Al relacionar esto con nuestra conducta podemos deducir que muchas de las elecciones que hacemos son basadas en lo que nos hace sentir esa aceptación que todos necesitamos para seguir desarrollándonos.
Una persona elige ser, hablar, actuar e inclusive pensar dependiendo de lo que considere es correcto, y esa interpretación de lo que es correcto o no la mayoría de las veces se ve influenciada por lo que los demás establecen como correcto.
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